Chanson 7
Un muro de añil
Un muro de nube
Entre ellos corre el cielo
Arrastrando su color
Como un cuerpo aparte
Entre ellos mi lengua en llamas
Una carroza de voces vacías
Que lo dicen todo
Entre ellos el orificio
Donde el desventurado ojo husmea
Devora su propio reflejo
Su propio veneno
Entre ellos la roja farsa
La sana herida
Un poema deshilachándose
De la nuca virgen de una mujer
De su respiración
Como un río de mármol
Entre ellos
El leonado océano que muere
Bajo la enorme suela
De las dudas
LA NOCHE SE DESLIZA BAJO MI PUERTA...
La noche se desliza bajo mi puerta
Como una carta sin palabras
Yo la abro
Sin entenderlo lloro sobre ella
Hasta que sus espinas se evaporen
O la mañana muerda sus raíces
A veces es ella
-la noche-
La que llora
Y yo soy la carta sin palabras
Que se desliza bajo su puerta
Pero ella no me abre
Sólo me dobla cuidadosamente
Y me guarda en su bolsillo
Lunes, 28 de agosto de 2006
LA ETERNA BÚSQUEDA DE NEL
El vaho de la noche se estiró sobre su rostro
Como la luz de una gran linterna negra
¿Era todavía a sí mismo a quien buscaba?
¿Ebrio pez entre las olas del extravío aún?
Su corazón sudaba espinas
Lágrimas oxidadas de otros muertos
Tras escribir la primera línea sobre la roca
Los muslos de la tierra se separaron
Árboles de mar
Muros de espejos crecieron a su alrededor
Su cuerpo tomó la forma
De una vieja y desconocida parábola
En todas partes empezaron a cohabitar
Su mirada sin ojos
Y sus pómulos pálidos
Pero Nel no se encontraba
En la captación del ser
Empieza la liberación de sí mismo
Pero como siempre
Supo cómo ver a la fortuna
A través de la desgracia
Y colocándose los ojos del viento
Se miró como otro viento
Pero silbando los tonos feroces del parnaso
Y se dijo:
"Era a ti a quien buscaba
Y ahora que te miro
Quiero que te pierdas otra vez
Para volverte a buscar
Hasta que te encuentre desnudo
Como un poema escrito por la lluvia en el suelo".
SUEÑO MATERIAL
Y de repente mis instintos de rodillas
Dibujándome sin armaduras
En medio de un círculo rojo
El útero de la noche arrojó una estrella
Cerca de mi barra
Era un ángel de saco y corbata mirando la sequía
De su quinto vaso de brandy
O un nevado árbol agachado a la altura de mis senos
Con una mirada exiliada
De alguna remota patria celeste
Casi como la mía
Pero yo
Proveniente de una patria muy negra.
En la radiola empezaba a sonar
Una música serenamente torva
Como algo fuera de este siglo
O una jauría de interrogantes (que es idéntico)
Al ritmo de la soledad de sus labios inconfesos
Y de mi secreta manera de desearlo
Así pude ver los rieles del tren
En donde mi alma solía tenderse a escuchar
Cómo agonizaban los sueños aún después
De haber sido enterrados bajo tierra
O recordar
Cómo nunca pudo habitar en otros cuerpos
Cuando mi muerte la escupía.
Faros de ciudades jamás habitadas
Como palabras nunca antes dichas por el corazón
En una pesadilla confusa
Se encendieron bajo mi pecho
"¿Extrañas a tu patria celeste?"
Le pregunté
"Al igual que ustedes somos pájaros
O ratas que comen pájaros"
Me respondió
Mientras le servía el sexto vaso de brandy
Dentro de mi boca.
© Denisse Vega Farfán
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